Tarde de los muertos vivientes

No sé si en Villar de Ciervo se celebraba antiguamente esta festividad, la noche de los muertos. Me han contado que en alguna época se hacía una hoguera en el juego pelota. También que, hace más de treinta años, a los niños les asustaban diciéndoles que venía “la Manga”. Se trataba de la última persona fallecida en el pueblo. Los pequeños pasaban realmente miedo al salir a la calle, cuando oscurecía, pensando que “La Manga” se les podía aparecer en cualquier momento, detrás de cualquier esquina.

Esta fiesta, Halloween, es de origen pagano se celebra la noche del 31 de octubre, víspera del Día de Todos los Santos, y tiene sus raíces en el antiguo festival celta conocido como Samhain, que significa "fin del verano" y se celebraba al finalizar de la temporada de cosechas en Irlanda para dar comienzo al "año nuevo celta", coincidiendo con el solsticio de otoño.

A los niños les encanta especialmente por el tema de llamar a las casas y que los vecinos les den chucherías. Este es el cuarto año consecutivo que se celebra en el pueblo. La pionera fue Alba Barroso, que en el Restaurante Las Termas les preparó una merienda y les puso una película de miedo. Así atrajo a niños y a padres disfrazados a su local ambientado para la ocasión.

Este año, coincidiendo con un puente de cuatro días, hicimos la celebración en La Asociación Cultural El Chorlito. Propusimos a madres/padres que vinieran disfrazados de zombies y que colaboraran con algo de comida para entre todos hacer una merienda. Se compró bebida a escote y ya estaba liada. La aceptación fue espectacular. 85 personas nos juntamos en el centro cultural entre grandes y pequeños. En la merendola no faltó de nada, escobas hechas con queso y palitos salados, pizzas de fantasmas, galletas de Halloween, dedos sangrientos, tarta de tumbas, buñuelos, donuts asustados, bolsas de patatas y demás (tantas que nos han sobrado para picotear en los talleres de manualidades del A.M.P.A. de los viernes).

No me canso de daros las gracias a todos por colaborar, entre todos preparamos una auténtica tarde de  miedo. Nuri, Susana y Gema se encargaron de maquillar a todo el que quiso. Cuando se hizo de noche y terminamos de merendar, nos fuimos a recorrer las casas del pueblo pidiendo chuches. Un gran grupo de personas amenizado por un tamborilero, gracias José Antonio, recorrimos alumbrados por velas las calles de Villar de Ciervo. No sé calcular cuántos niños había, pero sé que mucha gente no tuvo suficientes caramelos para repartir a todos ellos. Pedimos perdón por no pasar por todas las casas pero es que no hubo tiempo material, al ser un grupo tan voluminoso no podíamos avanzar muy deprisa, ni llegar a todas partes. Los pequeños disfrutaron muchísimo. Fue impresionante ver la procesión de muertos vivientes recorriendo las calles. Gracias por abrirnos vuestras casas.

Gracias a todos los que acudisteis por tanta generosidad.

Así da gusto hacer cosas.

Marina Valdés

Nuestro Pueblo-n.º 35 - enero 2017